Por fin
llegó el día tan ansiado para la grandísima mayoría de la afición valencianista,
Nuno Espírito Santo deja el banquillo del Valencia tras el nefasto juego del
equipo che en los últimos meses y el pobre partido de Sevilla, en el que no se
disparó a puerta en los 90 minutos. El técnico portugués acuerda la rescisión
de su contrato con la entidad de Mestalla.
Y es que
no sería tan "mal" presidente Amadeo Salvo cuando, antes de irse,
puso como condición para la renovación de Nuno que si lo "tiraban"
solo cobraría el año en vigor. Lo cual ha beneficiado económicamente al club,
sin duda alguna. En estos momentos, el Valencia, ya está a la busca de un nuevo
entrenador para enderezar el rumbo del equipo hasta alcanzar los objetivos propuestos
a principio de temporada. Mientras tanto, Voro, acompañado de Neville, ocupará de
manera interina el banquillo contra el Barakaldo y, seguramente, contra el
Barça. Aunque la marcha de Espírito Santo se ha eternizado, más vale tarde que
nunca, pues aún hay tiempo para encauzar el proyecto, recuperándonos en la
competición doméstica, pasar en Copa del Rey y, aunque no dependamos de
nosotros mismos, pasar a la siguiente fase de la Champions. Y otra buena
noticia para la parroquia valencianista, son los "fichajes" de
Negredo, De Paul y Orbán, jugadores que no contaban para el técnico portugués,
pero que si podrán demostrar su valía sobre el césped de Mestalla con el futuro
entrenador.
Como conclusión,
el aficionado che puede vislumbrar el futuro más inmediato con mayor optimismo
a la espera de un buen entrenador y que recupere el buen juego del Valencia y,
como ya he comentado antes, alcance los objetivos exigidos al inicio de curso.
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